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Alimentación y envejecimiento

Alimentación y envejecimiento

Tiempo de lectura: 4 minutos

Sócrates ya dijo, “deja que tu comida sea tu medicina”, sigue siendo así hoy, la forma en que comemos define cómo será nuestra salud, cómo reaccionará nuestro sistema inmunológico.

El cuerpo humano es una gran máquina biológica que realiza numerosas actividades al mismo tiempo y, aunque interconectadas, muchas de estas actividades no dependen unas de otras. Los tejidos se reconstruyen y renuevan, las proteínas transportadoras transportan sustancias a las células adecuadas. Con cada pensamiento y movimiento se producen millones de impulsos nerviosos, si un insecto pica la piel, inmediatamente, se producirá una cascada de reacciones para mitigar los riesgos del veneno y mantener esta increíble ‘máquina en funcionamiento’.

Y, como cualquier máquina, también necesita el ‘combustible’ ideal para cada función que se realizará. Para construir una célula muscular, el cuerpo necesitará proteínas, carbohidratos, vitaminas, grasas esenciales y minerales, entre otros.

¿Adónde pretendo llegar con toda esta charla sobre el cuerpo y las máquinas? Para explicar cómo se genera el hambre, nuestro apetito se regula a partir de todos estos eventos.

Todos los seres vivos ya nacen con la capacidad de sentir hambre, con la intuición de buscar las fuentes de alimentos que el cuerpo necesita como ejemplo, es común que algunas mujeres embarazadas sientan deseos extraños por algunos alimentos, esto no es más que el cuerpo apuntando a alguna necesidad o carencia nutricional.

Sócrates ya dijo, “deja que tu comida sea tu medicina”, sigue siendo así hoy, la forma en que comemos define cómo será nuestra salud, cómo reaccionará nuestro sistema inmunológico.

Como si nuestra necesidad biológica de comida no fuera suficiente, la humanidad también asoció la comida con eventos sociales y principalmente con el placer. Comer es mucho más que una simple necesidad, es cultural, puede unir y unir a las personas en cualquier evento.

Es grave cuando se usa el término ‘romper’, la segregación de los mayores es común dentro de nuestra sociedad, también por la alimentación, la sociedad muestra una falta de preparación para acoger a los mayores.

Junto con la vejez surgen patologías que pueden hacer que los ancianos dependan de dietas específicas para llevar una vida mejor y, en reuniones familiares, fiestas y eventos, pocos se cuidan de recordar los dulces dietéticos, esa porción que se puede hacer sin sal, cortada en trozos. piezas más pequeñas, con el fin de alimentar también a personas con necesidades especiales.

Marujo, en 2012, afirmó que se producen algunos cambios en el cuerpo con el envejecimiento, el gusto y el olfato se vuelven poco sensibles, lo que dificulta aún más comer con calidad, el cuerpo tiene la capacidad de traducir las necesidades y carencias nutricionales en hambre y reducción. el apetito y la inapetencia en los ancianos debido al uso de drogas es bastante común. El autor también señala las tendencias de la indigestión debido a la reducción del ácido clorhídrico en el estómago.

Con tantas adversidades, el simple acto de comer se vuelve muy difícil, la familia, cuidadores y tutores, tienen la tarea de mejorar y adecuar la calidad de los alimentos a esta nueva línea de pautas, que variará según la individualidad de cada anciano. .

Independientemente de las etapas de la vida, la nutrición ya es algo único para cada persona, porque las necesidades siempre serán diferentes, algunas necesitan más fibras, proteínas, carbohidratos que otras. Hay una inmensa pluralidad cuando se trata de diversidad.

Es importante señalar que la comida es diferente a la nutrición. Mientras que la alimentación está relacionada con el proceso de asimilación de los alimentos que ingerimos, la nutrición está relacionada con la recepción de los nutrientes necesarios para su mejor funcionamiento.

Lo que se debe considerar para mantener una buena calidad de alimentos es una evaluación muy detallada de los ancianos, considerando patologías, la salud del tracto gastrointestinal, si se puede masticar, tragar, cuáles son los límites de sal y azúcar y, dentro de esos parámetros, ser capaz de adaptarse al círculo familiar, por ejemplo: fiestas de cumpleaños, teniendo la opción dietética si es necesario, para que no se excluya a los mayores. En una comida familiar, servir, si es posible, la misma comida que todos consumirán, pero adaptada a la necesidad, con menos sal, con cortes adecuados o en forma de purés si es necesario.

La salud depende de varios factores, como una rutina saludable de actividades, alimentación adecuada, medicación en los momentos adecuados, seguimiento profesional y lo más importante de todo, acoger y cuidar la salud emocional, esto es lo que mantiene la inclusión social de las personas mayores y asegura el tu bienestar.

Karina Bantin – Nutricionista egresada de la Universidade Nove de Julho, especializada en Nutrición Clínica de la Universidade Gama Filho; realiza asistencia y asesoría nutricional a personas en todos los ciclos de vida, desde el embarazo hasta la vejez. Mantiene en los tratamientos la prevención de enfermedades y mejora de la calidad de vida. Correo electrónico: karinabantin@hotmail.com

Referencias

MARUJO, J. Envejecimiento y vejez: el papel del gerontólogo social. III Jornada de Gerontología Social. Universidade Católica Portuguesa- Centro Regional de Braga, 2012.